Varios gremios de la industria pesquera peruana han alzado la voz para denunciar que el gobierno de su país está autorizando el ingreso a aguas nacionales de embarcaciones atuneras chinas, que presuntamente incumplen normas básicas de derechos humanos y condiciones laborales para sus tripulantes.
“Es inaceptable que el Estado permita la operación en nuestro mar de barcos que practican trabajo forzado y semiesclavo”, declaró Giorgio Drassic, presidente de la Sociedad Nacional de Pesquería.
Los gremios exigen una rigurosa supervisión y certificación por parte de las autoridades antes de conceder permisos de pesca a la flota atunera china, una de las más grandes y opacas del mundo. Las denuncias apuntan a presuntas violaciones como jornadas extenuantes de 20 horas, retención de salarios, falta de medidas de seguridad e incluso abusos físicos contra marineros extranjeros en los buques chinos.
“Hay abundante evidencia de que muchos de estos barcos operan como ‘campos de trabajo forzado flotantes’. Es una situación inaceptable que atenta contra la dignidad humana”, enfatizó Cayetana Aljovin, directora ejecutiva de la ONG Sociedad Peruana de Derecho Ambiental.
Sin embargo, el Ministerio de la Producción de Perú ha defendido los protocolos de revisión previos al ingreso de embarcaciones extranjeras, aunque admite “posibles deficiencias” en la supervisión de normas laborales una vez en altamar.
Esta polémica evidencia los esfuerzos del sector pesquero por imponer mayores controles a la pesca ilegal y criticar las supuestas “banderas de conveniencia” de países como China en los océanos. Los gremios han exigido una mesa de diálogo con las autoridades para reforzar las garantías y que solo ingresen a Perú flotas que cumplan cabalmente con los estándares internacionales de derechos humanos y laborales.
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