La International Seafood Sustainability Foundation (ISSF) ha presentado una propuesta integral para optimizar la gestión de las pesquerías de atún en el Océano Pacífico Oriental (OPO), una región que constituye una de las zonas atuneras más productivas a nivel mundial y representa una fuente proteica fundamental para millones de personas, además de sustentar las economías costeras americanas.

La iniciativa contempla tres pilares fundamentales: la implementación de técnicas efectivas de captura, el refuerzo de la supervisión electrónica (EM) con mayor cobertura de observadores, y la puesta en marcha de medidas científicas de conservación atunera. Según ISSF, esta combinación de acciones puede garantizar la continuidad pesquera regional, promoviendo ecosistemas marinos prósperos y una administración responsable de los recursos.

El pronunciamiento surge a dos semanas de la asamblea anual de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), programada para inicios de septiembre de 2025. ISSF destaca que este encuentro representa “una ocasión crucial para consolidar los cimientos de la administración sostenible del atún”.

En materia de procedimientos de captura, la fundación subraya que estos sistemas establecen metas específicas, referencias claras y regulaciones de control pesquero para el manejo poblacional. “Contribuyen a eliminar las influencias políticas inmediatas en la toma de decisiones y mantener los niveles de pesca conforme al asesoramiento científico”, explica la organización.

ISSF reconoce los progresos alcanzados en el marco de CIAT mediante la adopción de referencias preliminares para listado, aleta amarilla y ojo grande. Sin embargo, advierte que “todavía no se ha completado una estrategia integral de cosecha para ninguno de los atunes tropicales”, instando a la Comisión a “concluir la Evaluación de Estrategia de Gestión (MSE) para todas las especies de atún tropical, asegurando la implementación de objetivos administrativos y referencias actualizadas”.

La organización también solicita acelerar la adopción de estrategias comprehensivas y precautorias de captura para todas las poblaciones atuneras tropicales, de modo que las futuras medidas administrativas se fundamenten en un marco probado científicamente. “Una estrategia de captura sólida no solo brinda estabilidad a las naciones pesqueras y la industria, sino que también asegura que las medidas conservacionistas, como cierres temporales o restricciones de capturas, formen parte de un plan a largo plazo orientado por la ciencia, en lugar de negociaciones anuales”, detalla.

Respecto a la supervisión, calificada por ISSF como “el fundamento de una administración pesquera efectiva”, la fundación enfatiza que “sin información confiable, verificada independientemente sobre capturas, esfuerzo y capturas incidentales, los gestores no pueden adoptar decisiones fundamentadas”.

Actualmente, CIAT establece una cobertura de observadores del 5% para embarcaciones palangreras, mientras que la pesca de cerco a pequeña escala carece de requisitos definidos. Por esta razón, ISSF propone incrementar al 20% en ambos casos “mediante observadores humanos o supervisión electrónica según las normativas provisionales de CIAT recientemente adoptadas, estableciendo un calendario para alcanzar el 100%”.

En relación a la optimización del manejo de poblaciones de listado, aleta amarilla y ojo grande, “actualmente en estado saludable según el asesoramiento científico de CIAT”, ISSF considera que precisamente esta situación favorable representa el momento ideal “para optimizar las medidas administrativas sin comprometer el estado poblacional, manteniendo las protecciones necesarias”.