Estados Unidos ha tomado una decisión contundente al vetar a la flota palangrera española, prohibiéndole el acceso a sus puertos desde el 10 de octubre, excepto en casos de emergencia. Esta medida, respaldada por la organización conservacionista Oceana, se debe a la falta de mejoras en la prevención y eliminación de la pesca accidental.
Vanya Vulperhorst, directora de la campaña contra la pesca ilegal de Oceana en Europa, ha aplaudido la decisión del gobierno estadounidense. Además, Vulperhorst insta a ir más allá, abogando por la implementación de restricciones comerciales. Según la directora, esta acción “resalta la necesidad urgente de que las flotas europeas intensifiquen sus esfuerzos para reducir y minimizar estas capturas accesorias”.
Es importante destacar que la flota palangrera española no está sola en esta situación. De hecho, está incluida en una lista de segmentos pesqueros de 17 países, entre los que se encuentran otras naciones europeas como Francia, Italia y Grecia. Estas fueron notificadas en 2023 por el Congreso estadounidense tras el informe anual de la NOAA. La certificación fue emitida tras identificarse a estos países por su implicación en actividades de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), por no haber logrado una reducción efectiva de la captura incidental o por la pesca de tiburones en aguas internacionales, donde no se aplican regulaciones equivalentes a las de los Estados Unidos.
Oceana ha querido aclarar que la certificación otorgada a la flota palangrera se refiere exclusivamente a la pesca accidental, sin afectar la pesca legal. La organización también reconoce “los avances significativos” de Europa en la lucha contra la pesca INDNR a nivel global. Sin embargo, Vulperhorst enfatiza que Europa debe “liderar con el ejemplo”, abordando el problema de las capturas accesorias dentro de su propia flota y asegurando una mejor protección de la biodiversidad marina.
Esta medida pone de relieve la creciente importancia de las prácticas pesqueras sostenibles y la presión internacional para mejorar la gestión de las capturas accidentales en la industria pesquera global. El caso de la flota española sirve como un llamado de atención para que otras flotas europeas y globales revisen y mejoren sus prácticas para garantizar la sostenibilidad de los océanos a largo plazo.
Foto: @oceana