La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) promueve activamente la incorporación de polvo de pescado en los programas de alimentación escolar como una estrategia innovadora para abordar múltiples desafíos globales.

Según un informe de Mihasina Andrianarimanana, Especialista en Mercados de Nutrición y Cadenas de Valor de la FAO, esta iniciativa busca combatir la desnutrición infantil, reducir la pobreza entre los pescadores locales y disminuir el desperdicio de alimentos en la industria pesquera.

El informe destaca que el pescado, más allá de ser una fuente de proteínas, proporciona vitaminas, minerales y ácidos grasos omega-3 esenciales para el desarrollo infantil. Se ha demostrado que los niños que consumen pescado regularmente tienen un mejor rendimiento escolar.

Un dato alarmante revela que el 35% de la cosecha mundial de pescado se pierde o desperdicia anualmente. El proyecto de la FAO busca aprovechar los subproductos del pescado, que a menudo contienen la mayor concentración de nutrientes, transformándolos en polvo de pescado para su uso en comedores escolares.

La FAO está trabajando en colaboración con los gobiernos de Malawi y Ghana para implementar este programa, que no solo mejorará la nutrición infantil, sino que también proporcionará un mercado estable para los pescadores locales a pequeña escala.

El polvo de pescado se presenta como una solución sostenible y práctica, fácil de almacenar y mezclar con otros alimentos, lo que lo hace ideal para los programas de alimentación escolar. Además, su producción contribuye a reducir el desperdicio alimentario y a mejorar los ingresos de los pescadores locales.

Sin embargo, el informe reconoce que la implementación de esta iniciativa enfrenta desafíos y requiere un enfoque multidimensional que aborde cuestiones de seguridad alimentaria, infraestructura y capacitación. La FAO aboga por un enfoque de múltiples partes interesadas que involucre al gobierno, la comunidad y los actores locales para garantizar el éxito del programa.

Esta iniciativa de la FAO representa un paso innovador hacia sistemas alimentarios más sostenibles y nutritivos, con el potencial de mejorar significativamente la salud infantil y el bienestar de las comunidades pesqueras.