A solo días del inicio de las negociaciones comerciales entre la Unión Europea y Tailandia, programadas para el 29 de septiembre, la industria atunera europea lanzó una advertencia contundente. Europêche Tuna Group solicitó formalmente que los productos de atún queden excluidos del futuro acuerdo de libre comercio, argumentando que representan una amenaza directa para la flota pesquera comunitaria.
La entidad fundamenta su posición en datos concretos sobre el dominio tailandés en el mercado global. Tailandia produce aproximadamente 450.000 toneladas de atún enlatado anualmente y concentra el 29% de las exportaciones mundiales del sector.
Según Europêche, el problema central radica en que el país asiático “depende en gran medida de pescado importado de flotas con débiles controles de sostenibilidad”, lo que genera condiciones de competencia desigual respecto a las empresas europeas, sujetas a normativas más estrictas.
Las amenazas identificadas
La organización europea presentó un diagnóstico detallado de los riesgos que implicaría incluir el atún tailandés en un acuerdo de libre comercio:
Impacto en el empleo: Aproximadamente 25.000 empleos europeos estarían en peligro, junto con las inversiones realizadas en regiones económicamente dependientes de la actividad pesquera.
Desequilibrio normativo: El atún tailandés libre de aranceles “podría socavar a las flotas de la UE”, que operan bajo normas más exigentes en materia de sostenibilidad, condiciones laborales y seguridad.
Debilitamiento de alianzas regionales: Las cadenas de suministro que la UE ha desarrollado con países de África Occidental y Oriental, incluyendo Seychelles, Mauricio y Costa de Marfil, podrían verse comprometidas.
Xavier Leduc, presidente de Europêche Tuna Group, reforzó la posición con una advertencia directa: “El atún tailandés libre de aranceles profundizaría el desequilibrio, socavando la competencia justa para las flotas de la UE”.
La declaración de Leduc subraya la preocupación del sector sobre las consecuencias de permitir el acceso preferencial de productos que, según la industria europea, no cumplen con los mismos estándares de producción.
Contexto de las negociaciones comerciales
Las negociaciones UE-Tailandia se producen en un momento de intensa actividad comercial entre Europa y el sudeste asiático. La Unión Europea acaba de firmar un Acuerdo de Asociación Económica Integral (CEPA) con Indonesia, tras más de una década de conversaciones.
Este pacto con Indonesia, que abarca sectores como automóviles eléctricos y productos farmacéuticos, fue celebrado como un avance significativo hacia la consolidación del comercio entre la UE y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
La posición de Europêche refleja las tensiones crecientes en el comercio internacional de productos pesqueros, donde las diferencias en estándares ambientales, laborales y de sostenibilidad se han convertido en factores determinantes de competitividad.
Con las negociaciones a punto de comenzar, la presión de la industria atunera europea plantea un desafío específico para los negociadores de la UE, que deberán equilibrar los intereses comerciales generales con la protección de un sector que emplea directamente a decenas de miles de trabajadores europeos.
La decisión sobre la inclusión o exclusión del atún tailandés en el acuerdo comercial podría establecer un precedente importante para futuras negociaciones entre la UE y otros países asiáticos con industrias pesqueras significativas.
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