Un reciente informe de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) advierte sobre la necesidad de implementar estrategias más ambiciosas e integradas para abordar las crisis ambientales interconectadas.

El denominado “Informe Nexos” identifica cinco elementos críticos que requieren una gestión coordinada:

  • Biodiversidad
  • Agua
  • Alimentación
  • Salud
  • Cambio climático.

Según el Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC), las actuales medidas de gestión sectorial resultan insuficientes para abordar la complejidad de estos desafíos interrelacionados.

La investigación revela una alarmante disminución de la biodiversidad marina, que se ha reducido entre un 2% y 6% por década durante los últimos 30-50 años. Esta pérdida impacta directamente en servicios ecosistémicos esenciales como la pesca y la capacidad de los océanos para actuar como sumideros de carbono.

El informe además destaca la gestión de zonas marinas protegidas que involucran a las comunidades locales en la toma de decisiones. Este enfoque participativo ha demostrado resultados positivos en términos de conservación de la biodiversidad, seguridad alimentaria y desarrollo socioeconómico local.

El IPBES propone una hoja de ruta que enfatiza la transición desde enfoques sectoriales hacia estrategias interconectadas, con mecanismos de implementación y monitoreo continuo. Esta nueva aproximación busca garantizar la sostenibilidad de los recursos naturales a largo plazo y abordar de manera efectiva la crisis ecológica global.

Los expertos subrayan que los ecosistemas marinos y de agua dulce son particularmente vulnerables a la actividad humana, enfrentando amenazas como la contaminación y la sedimentación, lo que requiere acciones inmediatas y coordinadas para su protección.