Greenpeace Sudeste Asiático, en colaboración con el Sindicato de Trabajadores Migrantes de Indonesia (SBMI), ha destapado un informe demoledor que expone las graves irregularidades en la industria pesquera internacional. Titulado “Obtener ganancias, arriesgar vidas: la explotación humana y ambiental no resuelta en el mar”, el documento analiza diez denuncias de pescadores indonesios presentadas entre 2019 y 2024, involucrando doce buques pesqueros con bandera taiwanesa, de los cuales cuatro están directamente vinculados con Bumble Bee, la conocida marca de atún estadounidense propiedad del conglomerado taiwanés Fong Chun Formosa (FCF).
La investigación revela un panorama desalentador donde la empresa Bumble Bee, a pesar de contar con un Código de Conducta para proveedores, no ha dado respuesta a las acusaciones de trabajo forzoso. Arifsyah Nasution, líder global de la campaña Beyond Seafood de Greenpeace en el sudeste asiático, declaró con contundencia que “lo descubierto probablemente es solo la punta del iceberg”, comprometiéndose a continuar investigando “el lado turbio de la cadena de suministro marino para abogar por una industria más justa y sostenible”.
Charli Fritzner, del equipo Beyond Seafood de Greenpeace USA, fue tajante al exigir que las empresas “asuman su responsabilidad” y propuso soluciones concretas como establecer mecanismos de recuperación reales e instalar wifi en los buques para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores.
El presidente del SBMI, Hariyanto Suwarno, amplió el llamado a la acción, exigiendo una intervención global. Su mensaje va dirigido no solo al gobierno de Indonesia para que mejore la protección de los pescadores migrantes, sino también a los gobiernos de Taiwán y Estados Unidos, instándoles a garantizar que sus empresas estén libres de prácticas de esclavitud moderna.
El informe deja en evidencia las vulnerabilidades sistémicas de la industria pesquera global, exponiendo cómo las grandes corporaciones pueden estar perpetuando condiciones laborales deplorables. La investigación de Greenpeace no solo señala el problema, sino que exige una transformación inmediata en las prácticas de suministro y derechos laborales, destacando la necesidad de transparencia y supervisión internacional en un sector históricamente opaco.
La organización ambiental continúa su campaña Beyond Seafood con el firme propósito de desenmascarar y combatir la explotación humana en la industria marítima, dejando claro que la lucha por condiciones justas y sostenibles es un compromiso continuo que involucra a gobiernos, empresas y consumidores.
Foto: Shark Guardian