La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha expresado su satisfacción por la inclusión de la pesca, la acuicultura y la agricultura familiar entre las prioridades del G20 este año, reconociendo su importancia crucial para la nutrición y los medios de vida a nivel mundial.
En un paso significativo, el Director General de la FAO, QU Dongyu, intervino en la Reunión de Ministros de Agricultura del G20 en Mato Grosso, Brasil. Durante su intervención, QU Dongyu subrayó la necesidad urgente de un crecimiento sostenible en los sectores de la pesca y la acuicultura para satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos y abordar las deficiencias nutricionales, especialmente en los países en desarrollo.
“La estrategia de Transformación Azul de la FAO tiene como objetivo garantizar que los sistemas alimentarios acuáticos sigan alimentando a la creciente población mundial”, afirmó QU Dongyu, destacando el enfoque de la organización para promover la sostenibilidad en estos sectores vitales.
La importancia de esta estrategia fue reconocida oficialmente en la Declaración Ministerial del Grupo de Trabajo sobre Agricultura del G20, acordada esta semana. El documento reconoció la Hoja de Ruta de la Transformación Azul 2022-2030 de la FAO como un marco clave para lograr la sostenibilidad a largo plazo en los sectores de la pesca y la acuicultura.
Además, la declaración destacó otros importantes instrumentos de la FAO, como las Directrices para la acuicultura sostenible, las Directrices para la pesca sostenible en pequeña escala y el Acuerdo sobre medidas del Estado rector del puerto. Estos instrumentos son fundamentales para promover prácticas más sostenibles y equitativas en el sector pesquero y acuícola.
Esta inclusión en la agenda del G20 representa un paso importante hacia el reconocimiento global de la importancia de la pesca, la acuicultura y la agricultura familiar en la seguridad alimentaria mundial. La FAO ve esto como una oportunidad crucial para impulsar políticas y prácticas que garanticen la sostenibilidad de estos sectores vitales, contribuyendo así a la lucha contra el hambre y la malnutrición a nivel global.