La Unión Europea continúa reforzando su compromiso con la pesca sostenible y la protección de los ecosistemas marinos. Un reciente informe de la Comisión del Parlamento Europeo revela los progresos realizados en la aplicación de medidas técnicas destinadas a garantizar una gestión pesquera responsable y minimizar el impacto ambiental de estas actividades.

Entre las disposiciones clave se encuentran el fomento de artes y prácticas de pesca innovadoras, el establecimiento de tamaños mínimos de conservación para especies de peces, y la limitación o prohibición de actividades pesqueras en zonas o períodos específicos. Estas medidas buscan proteger a los juveniles y permitir la recuperación de las poblaciones de peces.

Desde 2021, la Comisión ha aprobado 14 actos delegados basados en recomendaciones conjuntas de los Estados miembros y respaldados por asesoramiento científico. Destacan entre estas acciones la protección de la marsopa común en el mar Báltico y el cierre estacional para salvaguardar las áreas de desove del fletán del Atlántico en el Skagerrak y el Kattegat.

El informe también subraya la importancia de la innovación en el sector pesquero de la UE, presentando los últimos avances en engranajes innovadores según el Consejo Internacional de Exploración del Mar (ICES). Se enfatiza que estas innovaciones son cruciales para mantener un sector pesquero resiliente y competitivo, capaz de proporcionar productos marinos de alta calidad a los consumidores europeos mientras se minimiza el impacto ambiental.

A pesar de los avances, el documento identifica áreas que requieren mejoras, como la necesidad de acelerar la adopción de medidas para mitigar el impacto en especies sensibles. La Comisión destaca la importancia continua de la participación y las contribuciones de todos los actores interesados, especialmente los Consejos Asesores, en la implementación efectiva de estas medidas técnicas.

Este informe forma parte de una serie de evaluaciones trianuales desde la entrada en vigor del reglamento de medidas técnicas en 2019. El objetivo general es contribuir a los objetivos de la política pesquera común de la UE y lograr un buen estado ambiental, en consonancia con diversas directivas europeas sobre estrategia marina, aves y hábitats.

La flexibilidad regional es un aspecto clave del reglamento, permitiendo a los Estados miembros con intereses pesqueros en cuencas marinas específicas acordar medidas técnicas adaptadas a sus circunstancias particulares. Este enfoque busca equilibrar las necesidades de conservación con las realidades económicas y sociales de las comunidades pesqueras en toda la Unión Europea.