Las emisiones globales de óxido nitroso, uno de los gases más perjudiciales para el calentamiento del planeta, se incrementaron 40% entre 1980 y 2020, según un nuevo informe de Global Carbon Project.
El estudio, que analizó datos de múltiples fuentes, detalla cómo el óxido nitroso (N2O) está exacerbando peligrosamente la crisis climática. Con un potencial de calentamiento global casi 300 veces mayor que el dióxido de carbono, el aumento constante en las emisiones de este gas podría tener graves consecuencias para el clima mundial.
“El óxido nitroso a menudo se pasa por alto, pero representa una amenaza importante y creciente para nuestros esfuerzos por limitar el calentamiento global”, advirtió la Dra. Marielle Saunois, autora principal del informe. “Las emisiones están aumentando rápidamente y no se están tomando las medidas adecuadas para frenarlas”.
La agricultura, especialmente el uso excesivo de fertilizantes y la cría de ganado, es la principal fuente de las emisiones de óxido nitroso, representando alrededor del 70% del total. Otras fuentes clave incluyen la quema de biomasa, algunos procesos industriales y los combustibles fósiles.
Los científicos advierten que de no tomarse medidas drásticas para reducir estas emisiones, será extremadamente difícil cumplir con los objetivos del Acuerdo de París para limitar el calentamiento global por debajo de los 2°C, y preferiblemente a 1,5°C.
“Necesitamos adoptar prácticas agrícolas más sostenibles, mejores tecnologías para capturar emisiones y una transición general hacia una economía con bajas emisiones de carbono”, instó Saunois. “El óxido nitroso puede parecer un problema menor, pero abordarlo será fundamental para evitar un cambio climático catastrófico”.
Según el informe, China es el país con mayor aumento de emisiones de N2O desde 10980, Estados Unidos ha mantenido sus emisiones relativamente estables, mientras que Europa registra disminución en sus emisiones de N2O.
El informe insta a los gobiernos y la industria a tomar medidas inmediatas y coordinadas para frenar el aumento de las emisiones de óxido nitroso, que amenazan con obstaculizar gravemente los esfuerzos globales para mitigar el calentamiento climático.