A pesar de los crecientes costos de vida y la presión sobre los presupuestos familiares, los consumidores siguen mostrando un sólido apetito por productos pesqueros de origen sostenible, incluyendo el popular atún enlatado.

Datos recientes de las principales cadenas de supermercados revelan que las ventas de las variedades de atún certificadas como sostenibles se han mantenido estables e incluso han aumentado ligeramente en los últimos meses, desafiando las expectativas de una disminución debido a la inflación.

“Vemos que los consumidores están dispuestos a pagar un poco más por productos que cumplen con sus valores éticos y ambientales”, explica Jane Robertson, analista de la industria pesquera. “El atún sostenible se ha convertido en un bien de consumo de alto valor”.

Mientras que el costo promedio de una lata de atún convencional oscila entre $2 y $3, las opciones certificadas como pesca sostenible o “sin captura incidental” suelen tener un sobreprecio de entre 20% y 50%.

A pesar de estos precios más altos, las marcas sostenibles han logrado ganar una porción cada vez mayor del mercado del atún en la última década, particularmente entre los consumidores millennial y centennial más conscientes del medio ambiente.

“Para muchos compradores, especialmente los más jóvenes, el costo adicional por un atún realmente sostenible vale la pena para proteger los océanos y la vida marina”, afirma Robertson.

No obstante, los críticos argumentan que el etiquetado “sostenible” a menudo carece de una definición clara y estandarizada en la industria, lo que podría inducir a error a los consumidores.

A medida que la demanda de opciones éticas sigue creciendo, la batalla por definir y regular los estándares de sostenibilidad en el lucrativo mercado mundial del atún enlatado continuará siendo un terreno disputado.